7 Fundamentos básicos del diagnóstico médico
Una buena relación con el paciente, anamnesis depurada, examen físico preciso y correcto razonamiento médico. Los exámenes complementarios son útiles para verificar las hipótesis diagnósticas planteadas. El incumplimiento de estos pasos solo genera gastos y riesgos innecesarios para los pacientes.
Los fundamentos del diagnóstico son:
1. Identificar correctamente las sensaciones del paciente.
2. Recoger los datos con precisión.
3. Describir adecuadamente los síntomas y signos encontrados.
4. Elaborar la hipótesis diagnóstica que explique las manifestaciones del paciente.
5. Comprobar la hipótesis planteada y en caso que se rechace elaborar una nueva hipótesis.
6. Poseer conocimientos, habilidades, experiencia, sentido común, prudencia, intuición y buen juicio.
7. Aplicar correctamente todos los pasos del método clínico.
La descripción detallada de los síntomas y signos es la única forma de darle una calificación que los haga útiles para el diagnóstico.
La diferencia entre el médico inexperto y el experto es que el primero interroga, examina e investiga al paciente esperando encontrar algo sin saber específicamente lo que es, el segundo tiene el objetivo específico en la mente y ajusta la estrategia diagnóstica hacia ese objetivo.
Seleccionar, agrupar, combinar e integrar los datos relevantes a partir de todo el conjunto de informaciones que obtenemos del interrogatorio, examen físico y exámenes complementarios, es el punto crucial y la base del diagnóstico.
No realice en sus pacientes ningún examen que usted no haría en sí mismo o en sus familiares en idénticas circunstancias. No indique exceso de exámenes que eventualmente puedan colocar a su paciente en riesgo de complicaciones iatrogénicas.
De cada examen complementario tener en cuenta su sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y negativo, según el estado evolutivo de la enfermedad. Hasta un estudio de imagen, interpretado fuera del contexto clínico del paciente, puede carecer de significado y conducir a errores.
Los exámenes deben indicarse en la secuencia correcta: del más barato al más caro, del más simple al más complejo y del menos riesgoso al más arriesgado. En situaciones de emergencia, a veces es necesario optar por el procedimiento con mayor capacidad de brindar una respuesta inmediata, independientemente de su costo y riesgo.
Fuente: http://www.revmgi.sld.cu/index.php/mgi/article/view/17/13