El 80% de los mexicanos acostumbran a automedicarse
Sin importar todas las medidas preventivas que se adopten para el cuidado de la salud, siempre existe el riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad. El principal inconveniente es que gran parte de la población prefiere la automedicación en lugar de acudir con un doctor para recibir una valoración y diagnóstico profesional.
¿Por qué los pacientes no acuden con un médico?
Para entender la magnitud del problema, la organización “Soy Paciente” afirma que el 80% de la población mexicana opta por recetarse fármacos a sí mismos por una serie de circunstancias. Dentro de las más comunes se encuentran la necesidad de continuar sus actividades normales, para lo cual se busca un remedio conocido o recomendado por personas cercanas, pero cuyas consecuencias pueden ser fatales tanto en el corto como en el largo plazo.
Por su parte, la Licenciada en Efermería, Blanca Rodríguez Jaramillo, quien es directora de Proyectos de “Curarse en Salud, A.C.”, alertó sobre los riesgos de esta práctica. Dijo que cada año fallecen alrededor de 700 mil personas debido a la resistencia microbiana que se deriva de un mal uso de los antibióticos. Además hay otros decesos no considerados en esta estadística y que derivan en alergias o un mal manejo de medicamentos.
“La automedicación es pretender hacer un diagnóstico de un estado de malestar y elegir un medicamento y un tratamiento como si supiéramos de qué se trata”.
Añadió que hay dos tipos de automedicación: dentro del contexto de la prescripción médica, que implica cambios en la dosis o interrupción del tratamiento o bien, prolongación del mismo. También los hay fuera de la prescripción, que significa el consumo de medicamentos o de tratamientos sin prescripción médica y sin acompañamiento del proceso.
“Las consecuencias suelen ser intoxicaciones o interacciones negativas con otros medicamentos para tratar padecimientos como diabetes o hipertensión o bien, efectos secundarios de la automedicación y, la más grave de todas, la resistencia microbiana”.
Resistencia microbiana y muertes
Al respecto, la doctora Sonia López Álvarez, Directora Ejecutiva de la Sociedad Mexicana de Salud Pública A.C., explicó que derivado a la autoprescripción de antibióticos, suele generarse lo que se llama la resistencia microbiana.
Consiste en la capacidad que tienen las bacterias de crear resistencia a los antibióticos y hacerse más fuertes, lo que genera que en fases posteriores ya no sea suficiente el tipo de antibiótico para eliminar esas bacterias. Además se requieren dosis más fuertes u otro tipo de fármaco con mayor capacidad de destrucción para eliminarlo.
Esta conducta se da con base en la carencia de información o bien porque no se consultan adecuadamente los folletos que incluyen más datos. Esto deriva en que muchas veces el medicamento alivia los síntomas, pero enmascara las verdaderas causas de la enfermedad.
“Y es que en México sucede que muchos medicamentos que en otros países no se expiden sin receta, pueden ser conseguidos a través de un mecanismo de receta rápida, debido a que hay un sistema regulatorio débil. Esta práctica puede producir efectos adversos y la peor parte es que crea resistencias a los antibióticos que, a largo plazo, puede derivar en consecuencias indeseables”.
La doctora Rodríguez puntualizó que, como consecuencia de esta resistencia bacteriana y microbiana, para 2050 habrá 10 millones de muertes asociadas a infecciones. En ese panorama los medicamentos para tratarlas no serán suficientes debido a este fenómeno: “habrá más muertes por automedicación que por enfermedades como cáncer o diabetes”.
Por último, el doctor Luis Fernando Hernández Lezama, presidente del Comité Técnico de “Soy Paciente”, detalló que no se debe satanizar la automedicación pero siempre hay que llevarla a cabo con un conocimiento pleno de lo que se está haciendo.
“Por lo regular, los pacientes tratan los síntomas más comunes con este mecanismo, como son dolor de cabeza, espalda o musculares; fiebre, dolor de estómago o problemas digestivos. Los medicamentos más usados en la automedicación son analgésicos, antisépticos tópicos, suplementos vitamínicos, antigripales, laxantes, antiácidos, antiflatulentos o bien, antibióticos”.
Lezama explicó que los medicamentos autoprescritos suele ser de venta libre y ayudan a disminuir la carga de los servicios de salud: “No toda la automedicación es mala, pero se debe educar y empoderar al paciente para el cuidado de su enfermedad”.
Entre las recomendaciones más importantes está que si las molestias por las cuales se ha decidido automedicarse son recurrentes, es indispensable consultar a un médico, en especial en dolores de cabeza o abdominales, que son las que suelen ocultar daños y riesgos que, incluso, pueden llevar a la muerte.
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Fuente: https://bit.ly/3TIvwBB
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